En la primera sesión, seguramente el psicólogo recabará información sobre tu caso si aún no lo ha hecho. Si no sabes qué hacer cuando comience la sesión, no te preocupes. Es normal que te sientas un poco ansioso en las primeras sesiones. Los psicólogos tienen experiencia suficiente como para marcar la pauta de la consulta e iniciar el diálogo. Están capacitados para orientar cada sesión de forma efectiva, a fin de ayudarle a lograr sus objetivos. De hecho, la primera sesión podría ser como una especie de “juego” de 20 preguntas.
Índice
En qué consiste una terapia psicológica
Generalmente, el psicólogo se sentará frente a ti y podría comenzar reconociendo el valor que se necesita para comenzar la psicoterapia. También puede hablar sobre temas de logística como sus honorarios, cómo hacer o cancelar una cita y sobre la confidencialidad, si no lo hizo previamente por teléfono.
Luego, el psicólogo podría hacer preguntas como “¿Qué te trajo por aquí?” o “¿Qué te hizo decidirte a venir hoy y no un mes o un año antes?” Esto le ayudará a identificar tu problema, aunque no estés seguro de por qué lo tiene o de cómo manejarlo. Por ejemplo, podrías sentirte enojado o triste sin saber por qué o cómo dejar de sentirte así. Si el problema es demasiado doloroso para tratarlo, el psicólogo no te obligará a decir más de lo que te resulta cómodo hasta que se conozcan mejor. No hay conflicto alguno si le dices que no estás listo aún para hablar de algún tema.
Además, el psicólogo también querrá saber acerca de tus antecedentes personales o familiares de problemas psicológicos, como depresión, ansiedad o cuestiones similares. También investigará cómo el problema afecta tu vida cotidiana y te hará preguntas para conocer si has notado cambios en tus hábitos de sueño, apetito u otros tipos de comportamiento. Asimismo, querrá saber con qué tipo de apoyo social cuentas y además te preguntará acerca de su familia, amigos y compañeros de trabajo.
Como es importante que el proceso no se apresure, podría necesitar más de una sesión. Mientras te guía en el proceso, te dejará marcar el ritmo en lo que respecta a la narración de tu historia. En la medida que vaya ganando confianza con él y el proceso, le resultará más fácil contar aquellas cosas que no quiso relatar al principio porque no se sentía cómodo al hacerlo.
En cuanto el psicólogo tenga la historia completa, ambos trabajarán en la creación de un plan de tratamiento. Esta colaboración en la fijación de metas es importante, porque tanto tú como el psicólogo deben dedicarse enteramente a lograr tus objetivos. El psicólogo puede anotar esos objetivos y leértelos, para que quede claro el curso futuro de trabajo. Incluso algunos psicólogos redactan un contrato de tratamiento donde se establece el propósito del tratamiento, la duración y propósitos esperados y la determinación de las responsabilidades respectivas del cliente y del psicólogo.
Para qué sirve una terapia psicológica
Al final de tu primera sesión, es posible que el psicólogo también tenga sugerencias de acción inmediata. Por ejemplo, si te sientes deprimido, podría indicarte que consultes con un médico para determinar la existencia de algún problema del organismo, como trastorno de la tiroides. Si padeces de dolores crónicos, podrías necesitar fisioterapia, medicamentos y ayuda, además de la psicoterapia.
Al término de unas cuantas sesiones, tendrás una nueva perspectiva de tu problema, un plan de acción y una nueva sensación de esperanza.
En algunos casos, el profesional podría sugerir la participación de otras personas. Por ejemplo, si tienes problemas de pareja o de relaciones humanas, la participación con el cónyuge o pareja en la sesión puede ser de utilidad. De forma similar, es aconsejable que una persona que confronte dificultades en la crianza de los hijos los lleve a las sesiones. Aquellos que tienen dificultad para interactuar con los demás podrían beneficiarse con la psicoterapia de grupo.
A medida que vaya resolviendo el problema que le llevó a buscar ayuda en la psicoterapia, también adquirirás nuevas destrezas que le harán verse a sí mismo y al mundo de forma diferente. Aprenderás a distinguir las situaciones que puedes cambiar y las que no y a concentrarte en mejorar las cosas que están bajo su control.
También adquirirás resiliencia, que te ayudará a lidiar mejor con retos futuros. Por ejemplo, un estudio sobre el tratamiento de la depresión y la ansiedad realizado en el año 2006 revela que los métodos cognitivo y conductual usados en la psicoterapia, tienen un efecto duradero que reduce el riesgo de que vuelvan a aparecer los síntomas, aún después de terminado el tratamiento. Otro estudio descubrió un resultado similar al evaluar los efectos a largo plazo de la psicoterapia psicodinámica.
En breve tendrá una nueva perspectiva y nuevas formas de pensar y comportarse.
Cómo te ayuda un psicólogo
La psicoterapia es diferente a los tratamientos médicos o dentales, en los que el paciente se sienta pasivamente mientras los profesionales trabajan con ellos y les comunican sus diagnósticos y planes de tratamiento. En la psicoterapia el psicólogo no le dice lo que debe hacer. Es una colaboración activa entre tú y el psicólogo.
De hecho, cientos de estudios han descubierto que una parte muy importante de lo que hace que la psicoterapia dé resultado es la relación de colaboración entre el psicólogo y el paciente, que también se conoce como alianza terapéutica. O sea, lo que ocurre cuando el psicólogo y el paciente trabajan juntos para lograr los objetivos de este último.
Participa de forma activa en la psicoterapia. Contribuye a establecer los objetivos del tratamiento. Colabora con el psicólogo pera crear calendario de metas. Haz preguntas sobre el plan de tratamiento. Si piensas que determinada sesión no funcionó como esperabas, expresa tu opinión y sosten un diálogo para que el psicólogo pueda responder y adaptar su tratamiento con mayor efectividad. Pídale que le recomiende libros o sitios web con información útil sobre tus problemas.
Y como el cambio de comportamiento es difícil, la práctica también es vital. Es fácil recaer en viejos patrones de pensamiento y conducta y debe mantenerse alerta entre sesiones. Esté atento a su reacción ante las cosas, recurra a lo aprendido en las sesiones con el psicólogo y aplíquelas en esas situaciones de la vida real. Cuéntele al psicólogo lo que ha aprendido entre sesiones. Este tomará en cuenta esta información y la incorporará a lo que ocurre durante la consulta para ayudarle mucho más. Mediante la práctica regular podrá consolidar sus logros, terminar el tratamiento de psicoterapia mucho antes y mantener sus progresos una vez concluido.
¿Debo preocuparme por el respeto a la confidencialidad?
Los psicólogos consideran extremadamente vital el respeto a tu privacidad. Es parte de su código de ética profesional. Pero más importante aún es que se trata de una condición para conservar su licencia profesional. Los psicólogos que violen la confidencialidad del paciente se arriesgan a perder la capacidad de ejercer su profesión en el futuro.
Para que el tratamiento de psicoterapia sea lo más efectivo posible, debes ser franco y honesto sobre tus pensamientos y comportamiento más íntimos. Aunque esto puede ser angustioso, no tienes que temer que el psicólogo revele tus secretos a otras personas, con excepción de que se trate de las situaciones más extremas. Por ejemplo, si le confiesa que proyecta hacerse daño a sí mismo o a otras personas, el psicólogo tiene la obligación de informarlo a las autoridades para proteger el paciente y la seguridad de terceros. Los psicólogos también deben informar cualquier caso de abuso, explotación o abandono de niños, ancianos o discapacitados. Además, el psicólogo pudiera tener la obligación de proporcionar cierta información ante la corte en procesos judiciales.
Por supuesto, puedes darle al psicólogo permiso por escrito para revelar todas o parte de tus conversaciones con tu médico, maestro o cualquier otra persona que desees.
Los psicólogos se toman tan en serio la confidencialidad, que probablemente ni te saluden si te encuentran en un supermercado u otro sitio. Tampoco hay problema alguno si el paciente hace lo mismo. El psicólogo no se ofenderá, pues comprende que sólo estás protegiendo tu privacidad.