La intolerancia a la incertidumbre juega un importante papel en la tendencia a preocuparse. Incertidumbre se refiere a lo incierto, desconocido o poco claro; no estar seguro sobre algo. Cuando decimos de alguien que tiene baja tolerancia a la incertidumbre, nos referimos a que no le gusta la idea de no saber qué pasará.
Las personas que se preocupan demasiado suelen sentirse mal cuando hay incertidumbre. Parece como si no pudieran aguantar no tener certeza sobre las cosas. Quieren tener todo bajo control. Incluso un poquito de incertidumbre les afecta mucho.
Índice
Ejemplos de Tolerancia a la Incertidumbre
“Alicia y Carlos tenían que hacerse una prueba médica debido a síntomas de malestar estomacal. Alicia le preguntó al médico qué podría estar causando su malestar y cómo sería el procedimiento del examen. Después, organizó una cita y, aunque se sentía un poco nerviosa, recordaba que el examen ayudaría a descubrir la razón de su malestar. Siguió con sus actividades diarias y no le dio muchas vueltas al asunto.
Por otro lado, Carlos tenía muchas preguntas para el médico. Estaba preocupado de tener una enfermedad grave. Durante los días previos al examen, Carlos no podía dejar de pensar en el peor escenario: imaginaba que los resultados le dirían que está muy enfermo, que tendrá que someterse a un tratamiento difícil y que su vida cambiará drásticamente. -¿qué pasaría si es cáncer?”, “¿y si necesito quimioterapia?”, “¿voy a morir?-
Intentó tranquilizarse buscando información en internet y hablando con su pareja que le comentó que probablemente no sería nada . Sin embargo, la ansiedad no lo abandonaba, lo que le dificultaba dormir por las noches.”
Este ejemplo muestra cómo dos personas pueden reaccionar de manera muy distinta a situaciones inciertas. Alicia es más tolerante con la incertidumbre -no dramatiza la situación y espera tranquilamente el procedimiento. Carlos, sin embargo, es poco tolerante con la incertidumbre –inmediatamente imagina el peor escenario, busca reaseguros en vano y experimenta muchos síntomas de ansiedad.
¿Cómo reaccionas cuando encuentras situaciones inciertas que parecen confusas o ambiguas? ¿Te identificás más con la actitud de Carlos? Quizá seas intolerante a la incertidumbre con respecto a tu salud, pero tengas más tolerancia a la incertidumbre en otras áreas tales como finanzas o tu carrera. O quizá seas más tolerante a la incertidumbre respecto a tu salud, pero reaccionas más fuertemente cuando tiene que ver con la seguridad de tus seres queridos o tus relaciones interpersonales. En resumen, la intolerancia a la incertidumbre no siempre impacta por igual todos los aspectos de la vida de una persona.
¿Qué relación hay entre intolerancia a la incertidumbre y la preocupación?
Enfrentado con una situación incierta, alguien que se preocupa excesivamente hará preguntas del tipo “qué pasaría si…” (es posible que…, si tan solo…., quizás si….) Este tipo de preguntas hace que sea más fácil ver los aspectos negativos de una situación (llevando así a la preocupación). Considera el ejemplo de Carlos. Para él, el procedimiento médico es sinónimo de un problema serio (“¿qué pasaría si es cáncer?”, “¿y si necesito quimioterapia?”, “¿voy a morir?”)
Baja tolerancia a la incertidumbre
Las personas que no toleran la incertidumbre sobreestiman la probabilidad de que un evento negativo ocurra. Tienen una tendencia a exagerar el riesgo y las consecuencias negativas que podrían surgir de esa situación. El caso de Carlos, que rápidamente se imagina teniendo cáncer, ilustra esta tendencia. Alicia, por otro lado, también podría haberse imaginado teniendo cáncer, pero en lugar de eso consideró otras posibilidades más realistas. En resumen, cuanto más intolerante seas respecto a la incertidumbre, más harás preguntas del tipo “que pasaría si…”, y más vas a exagerar los riesgos y las consecuencias negativas, abriéndole la puerta a la preocupación.
¿Cómo tolerar la incertidumbre?
Para las personas que son intolerantes a la incertidumbre, la respuesta inicial al enfrentarse con ella puede ser tratar de eliminarla o evitarla. Por ejemplo: buscar reasegurarse, hacer listas, evitar ciertas actividades, o informarse en exceso al respecto. Ahora bien: incrementar tu nivel de certeza, ¿es una manera efectiva de preocuparte menos? La respuesta es no.
En primer lugar, es importante que recuerdes que a pesar de los esfuerzo para aumentar tu certeza, continuas preocupándote. Cualquier alivio es de corta duración, como ilustra el ejemplo de Carlos. Se sintió aliviado cuando su pareja le dijo que probablemente no tenía cáncer, pero sus preocupaciones rápidamente regresaron y tuvo que encontrar otra forma de asegurarse que no ocurriría nada (por ejemplo, buscando información en internet).
La búsqueda de la Certeza
Podemos llegar incluso a la conclusión de que si dejamos de hacer estas conductas para re-asegurarnos podría haber serias consecuencias. En definitiva, la búsqueda de la certeza es un factor que contribuye al mantenimiento de la preocupación.
Además, la búsqueda de certeza es inútil en tanto la incertidumbre es parte de la vida. Dado que es imposible estar 100% seguro de algo, la búsqueda de certeza te lleva a la preocupación. Por ejemplo, tiene sentido invertir dinero pensando en el momento de retirarse o jubilarse, sin embargo, chequear las fluctuaciones de tus inversiones semana a semana para asegurarte de que no has perdido dinero, no te garantiza que no experimentarás dificultades financieras. De manera similar, es una buena idea visitar a tu doctor para revisiones regulares, pero visitarlo a menudo tratando de identificar problemas futuros no te garantiza que serás saludable toda tu vida. De hecho, una variedad de factores más allá de nuestro control puede influenciar el curso de los eventos que nos pasan.
En resumen, el intento de incrementar la certeza disminuye nuestra tolerancia a la incertidumbre y lleva al aumento de la preocupación.
¿Qué hacer entonces: incrementar las certezas o incrementar la tolerancia a la incertidumbre?
Si eres intolerante a la incertidumbre, ahora sabes que la búsqueda de certezas mantiene esta intolerancia y te lleva a la preocupación, pero, probablemente te estés preguntando qué puedes hacer para sentir menos preocupación.
Necesitás revertir tu manera usual de responder: en lugar de intentar sentir más certeza, debes aumentar tu tolerancia a la incertidumbre.
Algunos de los que sufren esta dolencia, confunden tolerancia a la incertidumbre con “dejarse estar” o negligencia. Pero podemos asegurarte, no te volverás negligente por tolerar la incertidumbre. Incrementar tu tolerancia a la incertidumbre te será muy útil para disminuir el número de oportunidades para preocuparte, y aligerar tu ansiedad. Y eso, al final, te convertirá en una persona más eficaz y operativa.
Es importante hacer una distinción entre la conducta responsable y la búsqueda de la certeza absoluta. Recuerda este ejemplo: la conducta responsable involucra revisiones médicas periódicas, no salir corriendo para asegurarte que no pasa nada cada vez que un síntoma molesto aparezca.
Actuar de forma específica frente a la incertidumbre, intentando no buscar asegurarnos una y otra vez en busca de una certeza imposible, es una manera excelente de cambiar tus hábitos. De hecho, puedes incrementar tu tolerancia a la incertidumbre llevando a cabo acciones concretas, como si ya pudieras tolerar la incertidumbre. Por ejemplo, si revisas tus e-mail en numerosas ocasiones antes de enviarlos, empieza a enviarlos sin releerlos una y otra vez. Piensa cómo actuaría cualquier amigo que conozcas que no tenga este problema. Puede que te cueste algo al principio, pero como en todo (andar en bicicleta, manejar, cocinar, etc), la práctica hace al maestro. Y cada vez que realices esta conducta estarás aumentando paulatinamente tu tolerancia a la incertidumbre.