A ver, dime si te suena esto:
Estás en Instagram, haciendo scroll sin mucho interés, cuando de repente te aparece esa persona que parece tener la vida perfecta. Está en una playa paradisíaca con un coco en la mano, mientras tú estás en pijama, cenando lo que sobró de ayer y preguntándote por qué no tienes su vida.
Y ahí es cuando empieza: “¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué yo no tengo esa casa, ese cuerpo o ese trabajo de ensueño?”
Si te has sentido así alguna vez, bienvenido al club de los que nos hemos comparado (spoiler: estamos todos dentro). Pero la buena noticia es que puedes salir de esa trampa mental. Hoy quiero compartir contigo algunas claves prácticas para dejar de compararte y empezar a valorar lo que eres.
Índice
1. Recuerda que estás viendo el tráiler, no la película completa
¿De verdad crees que esa persona que sube fotos increíbles vive en un anuncio en tecnicolor las 24 horas del día? Claro que no. Tú ves su mejor versión, no las discusiones, las mañanas con sueño o los días en los que su pelo también tiene vida propia.
Es como si tú salieras a contarle a todo el mundo que ayer ordenaste tu escritorio después de meses… pero no mencionaras los 364 días que ha estado hecho un desastre. Todos tenemos nuestros detrás de cámaras.
Ejercicio práctico:
La próxima vez que te compares con alguien, piensa: “¿Qué no estoy viendo aquí?” Por ejemplo, sí, puede que esa pareja suba fotos súper románticas, pero quizá discuten cada día por el color del sofá. Imagina su vida completa, no solo el tráiler.
2. Enfócate en ti, porque ahí es donde realmente importa
Compararte con los demás es como intentar correr una carrera mirando al que tienes al lado. ¿Sabes qué pasa? Que tropiezas.
¿Y si, en lugar de fijarte en otros, miras hacia atrás y ves todo lo que tú has conseguido?
- ¿Te acuerdas cuando no sabías organizarte y ahora tienes tu sistema para que no se te acumulen las tareas?
- Si lograste completar una carrera mientras trabajabas, eso refleja tu capacidad de sacrificio y perseverancia.
Ejercicio práctico:
Haz una lista de tus pequeños logros. No tienen que ser épicos, pueden ser cosas como:
- “Hoy fui al gimnasio, aunque no quería salir de la cama.”
- “Logré decir ‘no’ a un plan que no me apetecía.”
- “Hoy no dejé que el móvil me callera en la cara mientras lo usaba en la cama.”
¡Todo cuenta!
3. Convierte la envidia en inspiración
No te voy a mentir: es normal que veas algo que tiene otra persona y pienses “ojalá lo tuviera yo”. Pero, ¿y si lo usas como motivación en lugar de como tortura?
Por ejemplo, si admiras a alguien por lo bien que le va en su trabajo, en lugar de pensar que tú nunca llegarás ahí, pregúntate:
- “¿Qué puedo aprender de esa persona?”
- “¿Qué pasos puedo dar yo para acercarme a lo que quiero?”
Admira, pero no olvides que tu camino será diferente. Lo que funciona para otros puede no funcionar para ti, y eso está bien.
4. Define qué significa el éxito para ti (no para Instagram)
Esto es clave. A veces nos comparamos porque asumimos que todos deberíamos querer lo mismo: el coche caro, el trabajo top, los abdominales marcados… Pero, ¿realmente eso es lo que tú quieres?
Tal vez para ti el éxito sea tener tiempo libre para leer, trabajar en algo que te haga feliz o simplemente llegar a fin de mes con calma. ¡Y eso está perfecto!
Ejercicio práctico:
Haz una lista de 3 cosas que para ti significan éxito. Por ejemplo:
- Tener tiempo para hacer ejercicio tres veces a la semana.
- Cocinar tu comida favorita sin prisa.
- Leer un buen libro.
Escribe tu propio guion de éxito y deja de seguir el de otros.
5. Sé amable contigo mismo (y ponle humor a tus comparaciones)
A veces nos tratamos peor que un crítico de cine hablando de una mala película. Cuando te encuentres pensando “No soy suficiente”, respira hondo y cámbialo por algo más amable:
- “Hoy no estoy al 100%, pero estoy haciendo lo mejor que puedo.”
- “Vale, no tengo ese coche, pero al menos no me preocupa el seguro.”
Ejercicio práctico:
Añade un toque de humor a tus pensamientos negativos. Por ejemplo, si te sientes mal porque alguien corre maratones y tú te cansas subiendo escaleras, piensa: “Bueno, quizás no soy un corredor, pero seguro que llego a la cima con estilo y una gran sonrisa.”
6. Guíate por tus valores
Dejar de compararte con los demás empieza por reconocer que cada persona tiene su propio camino, y lo que realmente importa es vivir de acuerdo con tus propios valores. Cuando te centras en lo que es significativo para ti, tus metas, tus principios y lo que te hace sentir realizado, dejas de medir tu éxito con la vara de otros.
En lugar de fijarte en cuánto dinero gana alguien, cuánto ha viajado o qué logros presume en redes sociales, pregúntate: “¿Estoy siendo fiel a lo que me importa? ¿Estoy construyendo una vida que refleje quién soy y lo que valoro?”. Guiarte por tus valores te da un sentido de propósito y plenitud que ninguna comparación externa puede quitarte. Al final, no se trata de ser mejor que nadie, sino de ser la mejor versión de ti mismo.
Deja de correr en círculos
Compararte con otros es como correr en una rueda de hámster: te cansas, pero no llegas a ningún lado. ¿Por qué no pruebas a bajarte y caminar tu propio camino?
Tu vida es tuya, y nadie más puede vivirla como tú lo haces. Así que empieza hoy. Haz tu lista de logros, ríete un poco de tus comparaciones y, sobre todo, valora todo lo increíble que ya eres.
Ahora dime, ¿qué vas a hacer hoy para empezar a dejar de compararte? Escríbemelo, me encantará leerte. 😊
- Fuchs, C. (2020). Social Media: A Critical Introduction (2nd ed.). SAGE Publications.
- Tiggemann, M., & Slater, A. (2021). NetGirls: The Internet, Facebook, and Body Image Concern in Adolescent Girls. International Journal of Eating Disorders, 54(3), 395-401.
- Kross, E., et al. (2020). Facebook Use Predicts Declines in Subjective Well-Being in Young Adults. PLoS ONE, 15(9), e0239073.