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Dos formas de conocer: «Pensar en» y «Sintonizar directamente»
A lo largo del día, todos operamos desde dos formas básicas de conocer: «pensar en» algo o «sintonizar directamente» con la experiencia. En el contexto del mindfulness, estas dos maneras de interactuar con el mundo son esenciales para comprender cómo gestionamos nuestras emociones y cómo nos relacionamos con el presente. Ambas son útiles en distintos momentos, pero el verdadero equilibrio se encuentra en aprender a pasar de una a otra según la situación.
«Pensar en»: El modo orientado a la acción
Cuando estamos en el modo de «pensar en» , nuestra mente está enfocada en analizar, resolver problemas y anticipar el futuro. Es el tipo de pensamiento que utilizamos para evaluar una situación, planificar o encontrar soluciones. A menudo, «pensar en» algo implica generar una narrativa mental sobre una experiencia, lo que puede ser útil para ciertas tareas. Sin embargo, este modo también puede llevarnos a la preocupación o a estar excesivamente centrados en lo que podría pasar o lo que ya ha sucedido.
Este enfoque nos desconecta de la experiencia directa. Por ejemplo, podemos estar tan ocupados pensando en cómo se siente nuestro cuerpo, que nunca llegamos realmente a experimentar esas sensaciones de manera consciente. Así, el modo de «pensar en» puede mantenernos atrapados en nuestras historias mentales, lo que a veces aumenta el estrés o la ansiedad.
Ejemplo:
Imagina que estás pensando en tus pies. Tal vez pienses en si te gusta cómo se ven, en los lugares a los que te han llevado a lo largo del día, o si te duelen por haber caminado demasiado. Incluso podrías recordar la última vez que te compraste zapatos o cómo sientes que tus pies no son tan ágiles como antes. Todos estos pensamientos están «hablando sobre» tus pies, pero no te están conectando directamente con ellos.
«Sintonizar directamente»: El modo orientado al ser
En contraste, el modo de sintonizar directamente no implica narrativas ni análisis. Se trata de estar presente y conectado con la experiencia tal como es, sin filtrarla a través de pensamientos o juicios. Aquí no hay necesidad de evaluar o planificar; simplemente te permites experimentar lo que está ocurriendo en este preciso momento. Es el núcleo del mindfulness: prestar atención de manera plena y directa a lo que está sucediendo ahora.
Este modo de ser nos permite conectarnos con nuestras sensaciones, emociones y pensamientos de manera más consciente, sin dejarnos llevar por la interpretación o la evaluación. En lugar de «pensar en» lo que sentimos, simplemente sentimos .
Ejemplo:
Imagina que decides dejar de pensar en tus pies y, en lugar de eso, te enfocas en sintonizar con ellos. Sientes el contacto de los pies con el suelo, la presión que ejercen tus talones al caminar o las pequeñas variaciones de temperatura en la piel. Simplemente experimentas las sensaciones tal como son, sin ningún pensamiento adicional sobre ellas. Esta es una manera más directa y más tranquila de conectar con la realidad presente.
Ejercicio: «Pensar en tus pies» vs. «Sintonizar con tus pies»
Este sencillo ejercicio te ayudará a notar la diferencia entre pensar en algo y experimentar directamente:
1. Primera parte: Pensar en tus pies
Tómate unos minutos para pensar en tus pies. Reflexiona sobre si te gustan, a dónde te han llevado a lo largo del día o cómo se sienten ahora. ¿Te agradan tus pies? ¿Recuerdas algún lugar especial donde caminaste con ellos? Piensa en el último par de zapatos que compraste o en cómo tus pies han cambiado a lo largo de los años. Observa cómo tu mente genera ideas, recuerdos e imágenes relacionadas con tus pies.
2. Segunda parte: Sintonizar directamente con tus pies
Ahora, cambia el enfoque. Cierra los ojos y lleva tu atención a los pies, pero esta vez sin pensar en ellos. Simplemente siente las sensaciones presentes: el contacto de los pies con el suelo o los zapatos, la presión que ejercen, el calor o frío, y cualquier tensión o relajación en los músculos. No analices ni juzgues. Solo permítete sintonizar directamente con lo que está ocurriendo en este momento, sin crear historias mentales.
Han hecho el ejercicio…
– Laura: «Al principio, pensé mucho sobre lo que mis pies han hecho por mí, incluso me puse nostálgica pensando en todas las caminatas que he hecho. Pero cuando dejé de pensar y solo me concentré en las sensaciones, sentí algo completamente distinto. Había una sensación de calma, y mi mente se silenció. Fue sorprendentemente relajante.»
– Carlos: «Me di cuenta de que estaba muy acostumbrado a pensar en mi cuerpo, siempre evaluando si algo está bien o mal. Pero cuando simplemente sentí mis pies sin juzgar, fue como si todo se ralentizara. Me hizo sentir mucho más presente y menos preocupado por cómo me sentía físicamente.»
Para reflexionar
– ¿Cómo te sentiste al «pensar en» tus pies? ¿Qué tipo de pensamientos surgieron y cómo afectaron tu estado emocional?
– ¿Cómo fue tu experiencia cuando simplemente sintonizaste con las sensaciones de tus pies? ¿Hubo algún cambio en tu nivel de calma o en tu percepción de tu cuerpo?
– ¿En qué otras áreas de tu vida tiendes a «pensar en» en lugar de sintonizar directamente con la experiencia?
– ¿Cuándo podrías beneficiarte de pasar al modo de «sintonizar directamente» en lugar de quedarte atrapado en pensamientos sobre una situación?
Conecta con la vida
Ambos modos de conocer, «pensar en» y «sintonizar directamente» , son esenciales para nuestra vida diaria. Mientras que el «pensar en» nos ayuda a organizar, planificar y resolver problemas, el «sintonizar» nos permite conectar con la experiencia presente de una manera más plena y sin juicios. Al aprender a equilibrar ambos modos, podemos reducir la ansiedad, mejorar nuestro bienestar emocional y experimentar el presente de manera más auténtica. Practicar la habilidad de sintonizar con lo que está ocurriendo nos da la oportunidad de vivir de forma más consciente y menos reactiva, lo cual es esencial para una vida más plena y equilibrada.